lunes, 20 de octubre de 2014

Tu eres Clara cuando yo Francisco








Crece muchacho, vamos crece.

le dice la delgada tarde a mi sombra, 

nadie nos contempla cogidos de la mano,

mientras el jugo de naranja se vuelve noche,

y el añil profundo se hunde en los huesos del mundo,

he visto todos los misterios de la obra,

antes de rasgar los ojos con el alma expuesta,

¿dime, estás entre la gente que no sabe de ti?


¿diciendo la palabra que no alcanzo discernir?

se silenció el texto que siempre habla en el ocaso,

si haces una cruz que no sea entre mis cejas 

mi corazón da vueltas como las estrellas 

alrededor del inmenso hoyo negro,

preciso tu mirada en el horizonte cercano,

rechaza, difumina tu esencia soñolienta,

tu eres Clara cuando yo Francisco,

pero ves ahora tu eres oxigeno y yo hidrógeno

procurando ser una molécula que inunde el alba.

con oleadas de trigo y jugo de la misma parra,

de la misma tierra,  de los mismos ojos, 


con rocío de la misma libertad que cedo.    



  
  













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