miércoles, 13 de mayo de 2015

Pupilas oceánicas



Me descubriste con tus ojos

y en esas pupilas oceánicas

me animé a enrumbar a ese yo 

que como espejo reflejabas,

nunca tan cerca como adentro,

nunca tan lejos lodo áureo,

en mi prudencia te presiento a gritos,

concepto de conceptos

claridad cernida, silencios,

el mismo aroma intenso, penetrante,

de cuando en vez un ave titilante,

destreza- avizora, agua- tierra
 
hay una vida para que no tardes,

aunque pueda que sean miles

de gotas de parafina rojo otoñal.

En esta vida es que nos localizamos.

No olvides las ofrendas del universo

violín de prado volador,

en tus palabras se dan nuevos mundos,

y en la piel de tus manos se calienta

el firmamento, matorral de aguaymanto,


de todos los defectos que hallo

que cuentes conmigo sobresale,

y el próximo improvisar,

aquí en este escueto palpitar

estás como jamás y como siempre,

al lado, arriba, abajo no interesa,

estás como jamás y como siempre. 

 

 

 












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