martes, 12 de abril de 2016

Cimiento


Al impacto de la ola
le viene el silencio
la claridad, la rosa,
el choque interrumpido,
el otoño y mi condena.
 
Para no estrujar el tiempo
con palabras que insisten
y se ajan y nos gastan,
el silencio nos asiste
entre ola y ola,
a través de lucha y traba
a querernos 
como auténticamente
somos y no como
tendríamos la exánime
imposición de ser.

Tersa es la bonita
como el acorde y la 
acústica,
soplo insondable,
rubí, paño, cereal,
cereza clara.
Contra la ola
conduce su fuego,
para formar el océano
en un pestañar
de estrella,
su lumbre de fina camelia
y su nombre de sustento
ígnea paloma
con talle de mujer,
toda la autoridad 
de sus caderas
y las margaristas
salvajes de su infancia 
reclaman mi boca,




 
 
 
 






 

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