martes, 7 de febrero de 2017

Caminantes


Cruzo mis propios límites,
con pies de barro, sueños
y algunas aclaraciones,
de este lado no se siente miedo.
mi corazón se hizo para ti en los lindes
el día que el panal vertía la miel,
en ti mezclo lo que mi alma atesora.
Oigo tu voz de manzana madurada
en la tierra, en la eficacia de tu mano
y la musicalidad de tus pisadas
sobre la garganta del tiempo,
el amanecer es la misma eternidad
y el agua es preciosa, lo saben
tus ojos que se hicieron en el flujo 
mas claro e intacto,
los dejo correr desde las viseras
penetro en los trastes de mi guitarra,
tu cintura suena con luz mineral
y algunas mariposas se filtran
en tu vientre de cosmos
desde el sabor de tus labios nuevos
pruebo el pan fresco del valle,
por mi espina dorsal discurro
hasta tener el aliento sereno
de haber llegado,
perfuma la inmensidad del camino
que ambos caminamos. 



 





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